Let's dance in style, let's dance for a while. Heaven can wait, we're only watching the skies. Hoping for the best but expecting the worst. Are you gonna drop the bomb or not? Let us die young or let us live forever. We don't have the power but we never say never. Sitting in a sandpit, life is a short trip. The music's for the sad man. [...] Some are like water, some are like the heat. Some are a melody and some are the beat. Sooner or later they all will be gone. Why don't they stay young? It's hard to get old without a cause, I don't want to perish like a fading horse. Youth is like diamonds in the sun, and diamonds are forever. [...] So many adventures couldn't happen today, so many songs we forgot to play, so many dreams are swinging out of the blue. We let them come true. Forever young, I wanna be forever young. Do you really want to live forever? Forever or never.

domingo, 5 de septiembre de 2010

No podía mostrar emoción alguna. Estaba traicionando a mis propias emociones y ahora ellas podían castigarme, pero me dí cuenta que esto se sumaría a mi penitencia suprema. Todo era soportable para mí después de haber pasado tantos años haciendo este trabajo. Pasé mi infancia cantándole a los cerezos y a la muerte pero ahora mi vida se basaba en sentimientos de dolor tan fuertes e irracionales como no eran míos. Debía traicionar a esos sentimientos. Ahora el destino era el que me cantaba una canción donde exponía mis inocentes pecados para que se enredaran en mi corazón. Amor... El amor era otra de las cosas que tenía prohibidas, por eso tomé las palabras que lo encerraban y las arrojé a un río sin fin para que la corriente se las lleve.

Hubo una vez en que un hombre, una de las tantas víctimas de sus propias acciones, me preguntó si en donde yo lo estaba llevando lo matarían muchas veces. Le respondí lo mismo que diré ahora: No es que fueran muchas veces... Era para toda la eternidad. No podíamos ayudar o salvar a las personas que contrataban nuestros servicios, sólo podíamos vengarlas. Aquellos que eran enviados a este vasto lugar que era el Infierno sólo podían aguantar a reunirse con quienes los habían enviado allí, a través de mí. Castigo de los castigos, para ellos ir y para mí llevarlos.

Cuando quisieron matarme de nuevo, recordé mi ciudad natal. Aquella noche en el que el romance fue interrumpido por un ritual de supuesta prosperidad perdida. Yo había sido la elegida hacía seis años en aquella época, más por discriminación que por elección divina. Mis trece años me fueron arrebatados tan fuertemente como fue el golpe dado a mis padres. Perecimos allí, delante de muchos ojos furiosos y egoístas. Era la únca torturada en ese agujero al estar respirando cuando hecharon el primer montón de tierra. Fue entonces cuando mi visión se tornó roja, sedienta de venganza.

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