15/3/2012
Hoy es el cumpleaños de mi mamá. Cuando me desperté estaba sentada en la cama ordenando unas cosas; me acerqué, la abracé y le dije Feliz Cumpleaños. Me levanté y desayuné con mis viejos y mi tía: tomamos café con leche. Después de eso, salimos hacia la casa de mi tía Mary -la que había cumplido años- por lo de la venta que había mencionado.
Nos quedamos a almorzar y justo cuando terminamos llegó mi primo, con quien mi viejo tenía que tratar la venta. Afortunadamente salió todo bien. Después de un rato se fue, nosotros nos quedamos unos minutos más y también nos fuimos. De venida pasamos a comprar de nuevo. Mi papá le compró una cadenita y un dige con su inicial de plata italiana a mi mamá por su cumpleaños. También vi un anillo precioso para él, pero no se lo compró. Le reproché que nunca se da ningún gusto, pero siguió sin cambiar de parecer.
Después fuimos por mis zapatos. ¡Por Dios, son hermosos! Me los probé y me quedan de maravilla, y lo mejor es que los siento comodísimos. Otro detalle es que era el último par y justo era mi talle. Al salir le dije a mi papá:
-Viste pá, estaba destinada a que esos zapatos fueran míos.
-Aham.
-Y vos estabas destinado a comprármelos.
-Sí -dijo medio tentado por la risa.
De camino, mi viejo y yo tomamos un helado pero mi vieja prefirió tomar un licuado de ananá. Compraron un par de cositas más y ya emprendimos el viaje de vuelta. Una vez que llegamos mi vieja preparó tereré y tomamos. Hace un ratito empezamos a ordenar las cosas en la camioneta, porque mañana salimos rumbo a Buenos Aires. Parece loco que vaya a extrañar todo esto, aunque es lógico después de tantos años. Igual nos vamos a quedar un rato en lo de mi tía Valentina -la que vive en Clorinda- y si es que no nos quedamos ahí un día, llegaremos a casa el sábado a la madrugada, más o menos.
Ahora están preparando las cosas para una cena especial por el cumple de mi mamá. Se preguntarán por qué escribo ahora y no cuando me voy a dormir como siempre. Es que esta noche vamos a dormir arriba en un colchón sobre el piso. No me jode, pero me impide escribir, así que ese es el motivo. Por cierto, terminé el dibujo al fin, y tengo que acordarme de pedirle la notebook a mi tía para pasar los videos, y mañana para ver mis horarios de la facu, ya que me asignan las materias.
Es loco también pensar que al volver me espera tanto ajetreo cuando acá uno tiene tanta paz. Encima después de la lluvia el clima mejoró muchísimo y ya no hace calor. Pero bueno, estoy contenta de haber venido y haber pasado días tan lindos con la familia. Veremos si el año que viene se repite.