Let's dance in style, let's dance for a while. Heaven can wait, we're only watching the skies. Hoping for the best but expecting the worst. Are you gonna drop the bomb or not? Let us die young or let us live forever. We don't have the power but we never say never. Sitting in a sandpit, life is a short trip. The music's for the sad man. [...] Some are like water, some are like the heat. Some are a melody and some are the beat. Sooner or later they all will be gone. Why don't they stay young? It's hard to get old without a cause, I don't want to perish like a fading horse. Youth is like diamonds in the sun, and diamonds are forever. [...] So many adventures couldn't happen today, so many songs we forgot to play, so many dreams are swinging out of the blue. We let them come true. Forever young, I wanna be forever young. Do you really want to live forever? Forever or never.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Un caso.

Ya era de noche y me había acomodado en la entrada del edificio con una expresión comprensible de cansancio en mi rostro. Acomodé mi pequeño bolso con ropa a modo de almohada y me dispuse a dormir. Cerré mis ojos aguantando el frío de la noche y traté de concentrarme en soñar algo bonito, era lo único que me alegraba un poco. Aunque sea imaginar que soñaba. De vez en cuando escuchaba pisadas y tacos de zapatos repicando en mis oídos. En un momento me pareció extraño que unos pasos que se acercaban lentamente se detuvieron justo en mi posición. No le dí importancia, ni siquiera abrí los ojos. 'Otra vez en la calle, ¿huh?', demonios, conocía esa voz. 'No molestes' contesté sin amabilidad. 'Hay trabajo que hacer' me anunció sin más. Ante aquello quise contemplar su expresión. El muchacho frente a mí mostraba su característico cabello rubio oscuro, sus ojos color miel estaban fijos en mí observándome como si nada. Rayos, hablaba en serio. 'No estoy de humor, vete' ordené y cubrí mi rostro con mi mano izquierda.

Aquel chico era Ethan y era mi mano derecha en los asuntos referentes a los trabajos heredados de mis padres. Él era quien cobraba mis tarifas y me informaba acerca de tales o cuales casos. Tenía algo parecido a lo que yo había heredado de mi madre pero más cercano a un difunto amigo de mi padre. 'Sibylla, es urgente' protestó. 'No pareces muy preocupado' objeté mirándolo nuevamente refiriéndome a que estaba demasiado sereno como para tomarlo en serio. Finalmente luego de un minuto hizo una extraña mueca que siempre hacía cuando su paciencia comenzaba a irse. Suspiré pesadamente. '¿De qué se trata?' pregunté cerrando mis ojos por milésima vez, los cuales me ardían cada vez que lo hacía, signo de cansancio. 'Un niño, tú sabes... A unas calles de aquí.' Fue entonces que me torné seria. No tenía idea por qué pero mi debilidad eran los niños. Quizás porque me parecían muy puros e inocentes...

Me levanté casi de un salto, casi golpeando a Ethan en la cara con mi cabeza, a pesar de que era más alto que yo. Dejé que comenzara a caminar delante de mí para guiarme hacia el lugar, recuerden que tenía dos botellas de alcohol encima y no coordinaba demasiado. No sé si considerarme alcohólica, pero teniendo 18 años creo que podría considerarse un problema. No bebía todos los días, sólo cuando necesitaba un desahogo y escape de la vida que llevaba que muchos pensarían que era sólo una historia de un bestseller mundial -sí, claro...-, no era tan interesante... Llegamos al cabo de unos diez minutos. El lugar era también un edificio solo que tenía menos pisos. Entramos, como siempre, sin permiso de nadie pero al llegar donde la familia del niño nos recibieron desesperados. Ya nos conocían, obviamente.

Entré al cuarto del infante y creo que podría decir que sufrí al verlo como lo estaba haciendo. Su bonito rostro no tenía nada de puro ni inocente. De su boca salían extrañas palabras y su cuerpo se retorcía. Otro caso de posesión. Llené mi mente de blasfemias en contra del maldito que estaba dentro de su persona y al mismo tiempo me quité la chaqueta y mis guantes -era necesario. Desesperada por dentro pero sin expresión por fuera -como solía ser, en eso me parecía a mi padre- comencé a dar mis órdenes: 'Tráiganme un espejo, rápido'. Debía sacarlo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muuy buenoo :D